En versos

04 junio 2006

VIDA, ¿CUÁL ES MI DESTINO?

Camino bajo las estrellas, pienso.

La tarde estuvo apacible

las aguas calmas,

temprano, el frío reinaba.

Mi mente convulsionada se retuerce,

mi corazón se agita presuroso,

ya las lágrimas saltan de mis ojos,

¡no! No puedo seguir.

Recuerdos, no quiero sentirlos

me hacen daño ¡basta ya!

¿Por qué no llega el fin?

Mas sufrimientos no quiero,

la vida ya me los ha dado y basta,

¿dónde está mi hogar, mi casa?

la busco, no está ¿qué hacer?

Quiero morir, acabar este dolor.

Quiero vivir. Seguir. Amar. Sufrir.

¡no! ¡no! ¡no, Dios mío!

Mi alma está llagada en mil partes,

estas llagas no se cerrarán,

vivas, vivas estarán por siempre,

de mi lado no se separarán.

Amor, sentimiento puro.

Pasan los años, y ...

¡no!, no quiero pensar

¿dónde está la felicidad de otrora?

Yo, maldito sea mil veces,

maldito el instante en que mis ojos

mis pequeñuelos ojos vieron la luz.

Cómo quisiera no saber nada,

estar ausente en cuerpo y alma,

cómo deseo dormir, ..., dormir

y no despertar sino en sueños,

pues la realidad no quiero vivirla,

¡quiero acabar! ¡si!, eso quiero.

¿Quién comprende mi dolor?

nadie, nadie jamás lo comprenderá

mi angustia nace con el alba

y ya no se apaga mas.

Río, por fuera si, ¡por fuera!

mientras se despedaza mi ser, mi fe,

mientras todo se tiñe de rojo, a mi lado,

mientras el amor escapa, escapa, escapa

y queda solitaria

mi vida, cada vez mas.

No, ya no puedo luchar,

lo único que va quedando es la llegada

la tan esperada llegada: la muerte.

Quince años pesan en mis hombros

en los cuales se ha mostrado cruda, hiriente,

esta inmundicia de vida

en la cual sólo hay maldad, dolor,

en donde la felicidad poco se encuentra,

en donde no existe la comprensión.

Rojizas mis pupilas, por la congoja

que brota, que ha brotado,

que seguirá brotando

hasta que al final... ¡por fin!

por fin podré descansar

en el sueño eterno.

¡Calla!, calla que me hace mal

oír esa voz que tortura mi ser,

¡calla!, basta ya de palabras

de decir ... ¡no! ...¡Calla!

¡Dios mío! Guía mis pasos

por el buen sendero hasta el fin,

se que estoy ya perdido

pero, no importa, seguiré ...¡seguiré!

aunque se me parta el alma

y mil lágrimas hayan bañado mi cuerpo

mil y una veces.

¿Por qué torturo así mi vida?

¿por qué el llanto desgarra mi risa?

ya no puedo pensar

sólo puedo esperar ... esperar

¿Cuándo llegará el fin?

con los brazos abiertos lo recibiré,

con mi corazón yerto a tus pies,

a tus pies Dios Santo.

Que poco camino ha recorrido mi vida

y cuánto me ha mostrado en su curso

lo mas ha sido tristeza, soledad.

En mi alma no hay cabida para la felicidad

lo único que veo al mirarla es ... ¡basta!

La noche me mira, los leños crepitan,

el calor está dentro y yo aquí ... fuera,

sin nadie que consuele mi pena

sin nadie que me de un pedazo de pan,

pero eso quiero: morir de hambre

solitario, sin nadie a mi lado.

Vida, todo lo que me has dado está aquí

Gracias por la alegría

Gracias por el dolor.